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Convenio de Compromiso
La Iglesia de Santidad Pentecostal está comprometida a Jesucristo y a Su reino. Este compromiso implica una forma de vida bíblica. Creemos que la Biblia es la Palabra infalible de Dios y guía al creyente y autoridad final para la fe y la conducta (2 Timoteo 3:16 -
NUESTROS CUERPOS
Puesto que nuestros cuerpos son los templos del Espíritu Santo e instrumentos de rectitud (1 Corintios 6:19; Romanos 6:13), debemos mantener nuestros cuerpos limpios y consagrados para el uso del Señor. Desde el principio de nuestra existencia como denominación hemos esperado que nuestros miembros se abstengan del uso del tabaco, de las bebidas alcohólicas, y de las drogas adictivas. También hemos mantenido una posición fuerte contra sexo premarital, extraconyugal, e irregular, incluyendo las relaciones homosexuales y lesbianas, rechazando aceptar los estándares morales flojos de nuestra sociedad. Nos confiamos en mantener esta forma de vida disciplinada con respecto a nuestros cuerpos (Romanos 12:1-
NUESTRAS MENTES
La mente es también el lugar de vivienda de Dios. Creemos que nuestras mentes se deben mantener puras y positivas en medio de un mundo impuro y negativo (Filipenses 4:7-
NUESTROS ESPIRITUS
Nuestro compromiso incluye nuestros espíritus. El espíritu de este mundo es hostil al espíritu del cristiano (Gálatas 5:17; 1 Corintios 2:12 -
NUESTRO HABLAR
Nuestro hablar revela mucho sobre nosotros (Mateo 12:34 -
NUESTRAS RELACIONES
Nuestras relaciones revelan nuestras preferencias y posiciones. Así que nuestra gente no debe alinearse con las organizaciones o los movimientos que se colocan en contradicción a los principios cristianos (2 corintios 6:14 -
NUESTRAS FAMILIAS
La familia es la unidad básica de la sociedad. El origen divino de la familia la hace una preocupación vital para la iglesia y la sociedad. Nuestro compromiso con una forma de vida bíblica profunda afecta a la familia. Damos prioridad a la santidad de la unión y al patrón bíblico de relaciones en el hogar. Mientras que reconocemos al esposo como el jefe del hogar, también se le ordena que ame y cuide a su esposa como su propio cuerpo (Efesios 5:25, 28). Las esposas deben respetar y honrar a sus maridos (Efesios 5:22 -
NUESTRA MAYORDOMIA
Nuestro compromiso con Jesucristo incluye la mayordomía. Según la Biblia todo pertenece a Dios (Salmo 24:1). Somos mayordomos de Sus recursos. Nuestra administración de posesiones comienza con el diezmo (Malaquías 3:8 -
NUESTRA LEALTAD
La lealtad a Cristo y su iglesia son básicas al éxito de la Iglesia de Santidad Pentecostal. La participación fiel de cada miembro, laicos y del clero, y de cada iglesia local y conferencia cuadrienal en los varios ministerios de la iglesia es necesaria si la Iglesia de Santidad Pentecostal quiere satisfacer su misión. La lealtad implica un compromiso de todos los ministerios de la denominación. Puesto que los líderes deben ser modelos, todos en posición de liderato en la iglesia local, la conferencia cuadrienal, y la iglesia general deben demonstrar un ejemplo por su fidelidad en el apoyo de los ministerios de la iglesia. La lealtad implica la presencia en las reuniones de la iglesia. Esto es vital en la iglesia local, la conferencia cuadrienal, y las reuniones confesionales (Hebreos 10:25). La lealtad implica la ayuda financiera. La fidelidad en diezmos y ofrendas es esencial para la prosperidad del pueblo de Dios (Malaquías 3:8 -
CONCLUSIÓN
Este Convenio de Compromiso se establece como pauta de conducta para todos nuestros miembros, no es un sistema para la supervisión ni juzgarse uno a otro. Ni este Convenio de Compromiso se considerará una declaración exhaustiva referente a una forma de vida bíblica. El Viejo y Nuevo Testamentos de la Biblia, son nuestra autoridad completa y final. Un estudio cuidadoso, concienzudo, y continuo de la Palabra de Dios revelará al creyente una comprensión cada vez mayor de lo que significa vivir digno de nuestro llamado en Cristo Jesús. Cualquier miembro que tenga dificultad en esta forma de vida bíblica o de este convenio de compromiso debe ser tratado en amor e instrucción paciente para llevarlo a la madurez y a la restauración, si es necesario (Gálatas 6:1). En ocasiones, a pesar de todo esfuerzo por enseñar y restaurar a un miembro, ninguna alternativa es posible, si no la excomunión. Cuando un miembro rechaza prestar atención a las advertencias cariñosas de la iglesia para seguir una forma de vida cristiana, él o ella deben excomulgarse de la hermandad de la iglesia. Sin embargo, la excomunión es un último recurso, y se administra solamente en casos flagrantes de herejía, de desunión, o de inmoralidad (Mateo 18:15 -